Si no necesita control, nos olvidamos de tomarlo



En los últimos años han aparecido entre el arsenal terapéutico disponible, nuevos anticoagulantes que aportaban frente a los dicumarínicos clásicos el hecho de no tener que realizar continuos controles con sangre capilar para control del INR.

Esta ventaja para el paciente, que hacía que ya no tuviera que acudir al centro de salud cada 4 semanas (en el mejor de los casos) a realizarse una prueba que consistía en un pinchazo en el dedo para controlar el INR, puede hacer que el paciente se relaje en el cumplimiento terapéutico y deje de tomarse algún día el anticoagulante ya que no se va detectar mensualmente si no lo ha tomado.

Esto es lo que se desprende de un trabajo publicado en Journal of Managed Care & Specialty Pharmacy de Noviembre de 2015: "Adherence to a Novel Oral Anticoagulant AmongPatients with Atrial Fibrillation"

El objetivo del estudio era analizar la adherencia y persistencia en el tratamiento con el anticoagulante dabigatran. 

Analizaron 2713 pacientes con diagnóstico de fabricación auricular y que llevaban más de 6 meses de tratamiento con dabigatran como único anticoagulante, y se analizó la adherencia a los 6, 9 y 12 meses.

Según los resultados el 41 % de los pacientes no cumplían criterios de buena adherencia al tratamiento a los 6 meses y el 49% no lo cumplían a los 9 y 12 meses.

Los autores concluyen que: "La no adherencia a dabigatrán fue común entre los pacientes con fibrilación auricular. Se necesitan más estudios para comprender las razones de la falta de adherencia".

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