Ha pasado y más de un mes y llevo dandole vueltas en la cabeza a esta entrada y hoy, por fin he encontrado tiempo y valor para escribirla. Vuelta de vacaciones. Vuelves al trabajo después de un mes de descanso, la mayoría pensará que merecido y algunos pensarán que escaso, y abres el ordenador de la consulta. Abres el buzón y aparecen mensajes de ingresos de pacientes que han ocurrido durante el mes de vacaciones, algunos esperados y otros totalmente inesperados. Da un vuelco el corazón, porque en alguno te esperas lo peor y en otro no encuentras razón conocida. Entro en la historia del hospital y se confirman mis miedos: - Y..., mujer de escasos 40 años ha ingresado por complicaciones en su proceso proliferativo y al final no ha podido superarlo. - R..., hombre recién jubileo, sin patología importante, cuidador de su mujer con enfermedad crónica, ha ingresado por parada cardiorespiratoria súbita y aunque la ha superado tras la atención en la calle, no ha superado la causa...
En la vida hay ocasiones en las que una persona (o una sociedad científica, o el grupo de los Dalton) tiene que decir NO, y es así de sencillo, NO.
ResponderEliminarAgradezco el esfuerzo que han hecho en cada párrafo por darle algo de cordura a este disparate, por limitar e intentar evitar un atropello mayor, pero creo que es el momento de tener las ideas claras, acortaría los dos folios a una línea, una que diga, "señores, hemos pensado que NO".
Un saludo y feliz Navidad
Juan M. García Torrecillas