SOMOS MÉDICOS DE FAMILIA
Me he encontrado por casualidad una editorial publicado en la revista Medicina de Familia Andalucia, publicación de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC), que escribí junto con mi mujer hace ya unos años sobre la Medicina de Familia y las urgencias. Era un momento en el que se hablaba de la Especialidad de Urgencias, como ocurre de forma cíclica todos los años.
Sigue teniendo su vigencia, ahora además que corre peligro la Medicina Familiar y Comunitaria con los proyectos de las Unidades Docentes Multidisciplinares y por eso lo trascribo literalmente:
Cuando un residente de Medicina Familiar y Comunitaria
se plantea durante su formación las ofertas profesionales
que va a encontrar al terminar la misma, quizás una de
las más frecuentes en los primeros años, sea la atención
a urgencias, tanto en el ámbito de la Atención Primaria,
como en el ámbito hospitalario.
Esta propuesta profesional puede ser considerada por
algunos compañeros como frustrante, al creer que realizando
esta labor está perdiendo parte de su esencia
como Médico de Familia que ha sido inculcada a lo largo
de los años de residencia, al no poder llevar a cabo
parte de las competencias adquiridas.
Nosotros pensamos que esta visión es equivocada. Tal
y como se recoge en el nuevo Plan Nacional de la Especialidad
de Medicina Familiar y Comunitaria, el Médico
de Familia es y debe ser la puerta de entrada al sistema
sanitario, dada su alta capacidad de resolución y
su capacidad para la gestión de recursos, así como del
flujo de usuarios que acceden al sistema sanitario. Esta
labor se hace desde la consulta de Atención Primaria,
pero también desde los Dispositivos de urgencias de
Atención Primaria y desde los Servicios de Urgencias
hospitalarios.
La Medicina de familia se caracteriza por la atención integral
a la persona. Esto se consigue a través de 5 pilares
básicos que definirían el perfil de un Médico de Familia.
El primero serían las competencias esenciales, en
las cuales se incluyen la comunicación, el razonamiento
clínico, la gestión y la bioética. El segundo pilar lo constituiría
la Atención al Individuo, tanto de forma programada
en la consulta de atención primaria o cuando surge
una urgencia. El tercer pilar del Médico de Familia es la
Atención a la Familia, al ser esta origen y destino de la
enfermedad del paciente. El cuarto pilar y muy relacionado
con el anterior es la Atención a la Comunidad. Por último
y no menos importante, encontraríamos la Formación
e Investigación que todo Médico de Familia debería
hacer de forma constante, para mejorar su praxis diaria
y con ello mejorar la atención a los usuarios.
Este perfil no es exclusivo del Médico de Familia que
trabaja en Atención Primaria. También son estos los signos
de identidad de todo Médico de Familia que desarrolla
su labor asistencial en urgencias. En cuanto al primer
punto, no hay duda que todo Médico de Familia,
desarrolle su labor en el ámbito que sea, debe tener
esas competencias esenciales de comunicación, razonamiento
clínico, gestión y bioética. La atención al individuo,
sea en la consulta de Atención Primaria como en
la atención en urgencias, constituye el centro del acto
médico. La Atención Familiar, aunque tiene su máxima
expresión en la Atención Primaria, también adquiere un
rol importante en la labor de los Dispositivos de urgencias
de AP, ya que desde ellos se acude con mucha frecuencia
a los domicilios a atender a los usuarios, realizando
aún sin ser muy conscientes de ello, asistencia
a la familia. Por su parte, los Médicos de Familia que
trabajan en los Servicios de Urgencias Hospitalarios
también realizan esta Atención Familiar, aunque esta
sea realizada fuera del espacio propio de la familia. La
Atención Comunitaria es también común a todos los
espacios en los que el Médico de Familia desempeñe su
labor. Siempre que atendemos a un paciente, sea en
Atención Primaria o en consulta de Urgencias, identificamos
necesidades de salud, realizamos educación
sanitaria, estudiamos el entorno del usuario para aportar
soluciones factibles. Por último, creemos que no es
necesario abundar en como la formación y la investigación
deben ser primordiales para todos los Médicos de
Familia, trabajen en un consultorio local de un pueblo de
1200 habitantes, en un Dispositivo de urgencias de AP
con 150 demandas diarias o en un Servicio de Urgencias
de un hospital de tercer nivel.
Sigue teniendo su vigencia, ahora además que corre peligro la Medicina Familiar y Comunitaria con los proyectos de las Unidades Docentes Multidisciplinares y por eso lo trascribo literalmente:
Cuando un residente de Medicina Familiar y Comunitaria
se plantea durante su formación las ofertas profesionales
que va a encontrar al terminar la misma, quizás una de
las más frecuentes en los primeros años, sea la atención
a urgencias, tanto en el ámbito de la Atención Primaria,
como en el ámbito hospitalario.
Esta propuesta profesional puede ser considerada por
algunos compañeros como frustrante, al creer que realizando
esta labor está perdiendo parte de su esencia
como Médico de Familia que ha sido inculcada a lo largo
de los años de residencia, al no poder llevar a cabo
parte de las competencias adquiridas.
Nosotros pensamos que esta visión es equivocada. Tal
y como se recoge en el nuevo Plan Nacional de la Especialidad
de Medicina Familiar y Comunitaria, el Médico
de Familia es y debe ser la puerta de entrada al sistema
sanitario, dada su alta capacidad de resolución y
su capacidad para la gestión de recursos, así como del
flujo de usuarios que acceden al sistema sanitario. Esta
labor se hace desde la consulta de Atención Primaria,
pero también desde los Dispositivos de urgencias de
Atención Primaria y desde los Servicios de Urgencias
hospitalarios.
La Medicina de familia se caracteriza por la atención integral
a la persona. Esto se consigue a través de 5 pilares
básicos que definirían el perfil de un Médico de Familia.
El primero serían las competencias esenciales, en
las cuales se incluyen la comunicación, el razonamiento
clínico, la gestión y la bioética. El segundo pilar lo constituiría
la Atención al Individuo, tanto de forma programada
en la consulta de atención primaria o cuando surge
una urgencia. El tercer pilar del Médico de Familia es la
Atención a la Familia, al ser esta origen y destino de la
enfermedad del paciente. El cuarto pilar y muy relacionado
con el anterior es la Atención a la Comunidad. Por último
y no menos importante, encontraríamos la Formación
e Investigación que todo Médico de Familia debería
hacer de forma constante, para mejorar su praxis diaria
y con ello mejorar la atención a los usuarios.
Este perfil no es exclusivo del Médico de Familia que
trabaja en Atención Primaria. También son estos los signos
de identidad de todo Médico de Familia que desarrolla
su labor asistencial en urgencias. En cuanto al primer
punto, no hay duda que todo Médico de Familia,
desarrolle su labor en el ámbito que sea, debe tener
esas competencias esenciales de comunicación, razonamiento
clínico, gestión y bioética. La atención al individuo,
sea en la consulta de Atención Primaria como en
la atención en urgencias, constituye el centro del acto
médico. La Atención Familiar, aunque tiene su máxima
expresión en la Atención Primaria, también adquiere un
rol importante en la labor de los Dispositivos de urgencias
de AP, ya que desde ellos se acude con mucha frecuencia
a los domicilios a atender a los usuarios, realizando
aún sin ser muy conscientes de ello, asistencia
a la familia. Por su parte, los Médicos de Familia que
trabajan en los Servicios de Urgencias Hospitalarios
también realizan esta Atención Familiar, aunque esta
sea realizada fuera del espacio propio de la familia. La
Atención Comunitaria es también común a todos los
espacios en los que el Médico de Familia desempeñe su
labor. Siempre que atendemos a un paciente, sea en
Atención Primaria o en consulta de Urgencias, identificamos
necesidades de salud, realizamos educación
sanitaria, estudiamos el entorno del usuario para aportar
soluciones factibles. Por último, creemos que no es
necesario abundar en como la formación y la investigación
deben ser primordiales para todos los Médicos de
Familia, trabajen en un consultorio local de un pueblo de
1200 habitantes, en un Dispositivo de urgencias de AP
con 150 demandas diarias o en un Servicio de Urgencias
de un hospital de tercer nivel.
Como se desprende de esta reflexión, todo Médico de
Familia que desarrolle su labor bien en los Servicios de
Urgencias hospitalarios, bien en los Dispositivos de Urgencias
de AP o bien en Atención Primaria, debe responder
a un mismo perfil y con sus peculiaridades propias de
cada entorno realiza una labor igual de importante dentro
del sistema sanitario.
Somos la puerta de entrada al sistema de salud. Somos
MEDICOS DE FAMILIA.
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